Se trata de una experiencia muy bonita llena de emociones y del papel más bello para empeñar en una familia, aparte de que refuerza los lazos entre hermanos.
Se dice que la tía es una segunda madre para los sobrinos a los que, en principio, ofrece amor, cariño y vela por ellos tanto como si fueran sus propios hijos, pese a que no son suyos pero forman parte de su vida; algo indefinible.
Siendo tía hace recordar su infancia; juegos, primeros pasos…etc., además de que hace aprender a amar incondicionalmente.
En relación con esto, recuerdo cuando me volví tía por la primera vez, estuve muy contenta sobre todo al merecerle en mis brazos o escucharle decir la primera palabra con su voz infantil, él fue mi fuente de alegría, por eso he compartido de buena gana papel de madre con mi hermana.
Agradezco a mi sobrino por los momentos de gozo y las cosas que me ha inculcado.