Antes que nada debo decir que uno debe aceptar a un amigo tal como es sin distinción de las diferencias entre ambos , porque una amistad es un tesoro que no merece ser arruinada por diferencias sin importancia.
Hay tantos ejemplos que testimonian el mal de las diferencias culturales.
Personalmente, conocí a una amiga en un sitio de intercambio de idiomas, se llamaba Andrea de Colombia, fue muy amable y servicial, pues me ayudaba a mejorar mi nivel en el idioma , inculcándome nuevas palabras… Hablábamos todo el tiempo en facebook, también la invité a pasar sus vacaciones en Marruecos, pero con el tiempo, cambió radicalmente conmigo, volviéndose fría y desapacible a causa de los prejuicios de su entorno contra mi cultura, yo también he cometido una falta al comentar severamente sobre su foto del perfil (poco decente), hasta un día en que me di cuenta que Andrea me ha bloqueado de su cuenta facebook”.
Fue una lástima que una bella amistad termine así, cuando hubiese podido sobrevivir para toda la vida si habríamos sabido evitar las diferencias culturales que pudieron ser una gran ventaja.
Por tanto, para hacer durar un vínculo como la amistad, hay que tener mente abierta y no meterse en las cosas como religión, ropa o no sé qué.