Invocar

En una noche de noviembre, fría y mojada no solo por la lluvia sino también por las lágrimas ardientes de mis ojos, reflejando un dolor antiguo dentro del corazón, sentí que el mundo volcó y la esperanza no sirvió para nada.

Sin embargo, algo me susurró en los oídos, anda y haz invocaciones, hazlo con tu alma y todo tu ser, desde luego me cedé a la vida, alzando mis manos hacia el cielo y empecé a suplicar de modo que me subió el corazón hasta la garganta hasta el punto de desmayarme.
¡Que ocurre un milagro! ¡Que ocurre un milagro! Aquí estuvo la última frase. Al día siguiente, amanecí con el corazón ligero y alegría anticipada antes que la voluntad Divina dijo ” así sea”, escuchando la mejor noticia de toda mi vida: que nada es confirmado, menos mal, por lo menos, tener una cosa para esperar.
Créenme, todavía existen los milagros, basta con tener fe y sobre todo suplicar la certeza de que Dios Es El Todopoderoso.
Publicité

Votre commentaire

Entrez vos coordonnées ci-dessous ou cliquez sur une icône pour vous connecter:

Logo WordPress.com

Vous commentez à l’aide de votre compte WordPress.com. Déconnexion /  Changer )

Image Twitter

Vous commentez à l’aide de votre compte Twitter. Déconnexion /  Changer )

Photo Facebook

Vous commentez à l’aide de votre compte Facebook. Déconnexion /  Changer )

Connexion à %s