« No es oro todo lo que reluce », pues todavía hay mujeres que sufren en una sociedad dirigida por las costumbres y los mitos, de manera que se atreven a hacer oír sus voces por temer que sean juzgadas o sea porque no quieren manchar sus reputaciones (según sus creencias), ignorando que el silencio no soluciona nada; ni la violencia que padecen ni la calumnia debido a sus estados sociales de divorciadas, viudas, solteronas…
Pues bien, existen tantas mujeres que siguen entre bastidores, es decir que viven solo por y para los demás, sin embargo, no desempeñan ningún papel como ser.
Peor aún, muchos de ellas ignoran sus deberes y sus derechos, lo que no facilita su emancipación y la realización de su aspiración en tanto que mujeres libres en una sociedad libre.
Es verdad que Marruecos cuenta con mujeres que ocupan posiciones de alta importancia pero no se debe admitir que una categoría desdichada, inerme (educación), se mantenga al margen.