No cabe duda de que vivir bajo las luces de los proyectores otorga un estilo de vida muy cómodo y lujoso. Dicho de otra manera « la dulce vita », también el amor de la gente o los fans que es un “logro” muy importante.
Ahora bien, la fama es una espada de doble filo, pues priva de tantas cosas como pasearse por los calles normalmente y hace que vida personal del famoso se convierta siempre en la cuestión de los medios de comunicación y los redes sociales.
Queramos o no, el mundo de las luces toma más de lo que da, es decir que se pertenece a la gente, a continuación, se puede caer en la trampa de los vicios como convertirse en adicto ya sea del alcohol o drogas; montones de artistas que han perdido la vida por una dosis excesiva o provocan un escándalo por ser ebrios en público.
Aparte de esto, hay la desesperación y soledad que los llevan a suicidarse, escapando del vacío que podría destacar sus vidas.
Por ende, es mucho mejor vivir humilde y tranquilamente en la sombra que en el ruido de la fama (aplausos, luces…) que se acaba muy mal ya que por el menor error todo se evapora, elmenor error se le puede arruinar la reputación.