Se multiplican los estilos de música; románticos, entregados, ruidosos y religiosos como la hadra cuyos ritos extraídos de la cultura de sufismo, se practica en un contexto espiritual de cofradías religiosas que va hasta las ansias.
Es un arte que combina entre música árabe- andalusí y los cantos de Sama’ que fue preservados desde hace decenios por las mujeres de Chauen señaladamente por la santa Lalla Hiba Bekkalia quien fue la madrina del arte de hadra, luego por sus adeptas que han hecho perpetuar este arte hasta hoy, ya que existe escuela en que se hace aprender la hadra que no se circunscribe en el cuadro estrecho de los festivales, sino está a menudo presente en bodas, fiestas familiares no mixtas…
Escuchar la hadra nos lleva a un mundo espiritual muy entrañable, que consiste en alabar a Dios y también Amdah…