Me olvidé de felicitar a las trabajadoras domesticas por la entrada en vigor de la ley que agiliza el trabajo de asistencia doméstica conforme a las exigencias de los organismos de derechos humanos y la sociedad civil.
El nuevo código fijó en 18 años la edad mínima para trabajar en el sector doméstico a excepción de que las personas de 16 años, tengan un permiso firmado por los padres para poder firmar el contrato con el empleador.
Por lo tanto, la ley (19.12) vino para obligar a los empleados a respetar los derechos de las trabajadoras en lo que se refiere al sueldo, horas de trabajo, día de descanso, seguridad social y cobertura médica…, asimismo, ausentarse en los eventos familiares: fallecimiento, boda y en las fiestas religiosas…etc.
Por lo demás, el empleador podría exponerse al pago de una multa o incluso prisión en caso de infringir el código de trabajo.
Es difícil poner en marcha la dicha ley simplemente porque poca gente piensa contractar a una empleada doméstica con estas condiciones, por eso, muchas de ellas están sin trabajo.