Cuando se habla de los nómades se refiere a un estilo muy sencillo que parece mucho a lo de los ancestros, pues es caracterizado por un desplazamiento perpetuo de un lugar a otro en el desierto. Es como vivir en paisaje sin ventanas o puertas, teniendo una tienda de campaña como casa en la que se duerme, se cocina y se come lo poco de alimentos que se tiene.
La residencia de los nómades en un lugar varía entre 2 y 3 meses, dependiendo del agua y el prado, lo que hace su vida difícil llena de aventuras que se comparte con gente que llega de lejos, hartos de la invasión tecnológica y la rutina diaria.
En cuantos a la actividad de los nómades, pastorean a las ovejas y los dromedarios que sirven, a la vez, de medio de transporte y fuente de ingreso.
Pese a la dificultad de las condiciones naturales, la gente nómade se caracteriza por su hospitalidad, puesto que es muy generosa con los invitados, además de su solidaridad entre ellos, conservando así las costumbres de sus ancestros.
O sea: para los nómades, la comodidad que se puede sentir en una tienda de campaña en pleno desierto no se puede vivir ni sentir en casa de lujo que da al mar.